Construido en 1912 como un centro de rehabilitación para pacientes con problemas mentales que habían sido rechazados por la sociedad, pero después de diversas situaciones, entre ellas violaciones, asesinatos e incendios con el pasar de los años se decidió clausurar el recinto en los años 70. Ahora solo es un lugar abandonado en Nueva York que funge como un recuerdo siniestro y oscuro de como se intentó reinsertar a esas personas en la sociedad que los había alienado con montañas de excremento de paloma y que a pesar de que no está habitado formalmente desde hace más de 40 años, sirve de refugio para indigentes. Nuestra recomendación por si te atreves a entrar a este lugar, te recomendamos hacerlo de día y con máscara para protegerte de los malos olores.
Dirección: 79-25 Winchester Blvd, Queens Village, NY 11427, EE. UU